PONENCIA A LA CUARTA SESION DEL CABILDO ABIERTO JAL SUMAPAZ-SED Sep. 24 de 2010 

 

EN NOMBRE DE LA EDUCACIÒN ....¡CULTIVANDO OLIGOPOLIOS!

 

Un país podrido por una prensa podrida, más mercenaria que los mercenarios a quienes encubre y bendice, una educación que no educa, acribilla los años de la infancia, sumando al estercolero clientelar una juventud generación tras generación más obscena y degradada. Y cientos de iglesias, canales y empresas inyectando nuevos manipuladores con ardides y tecnologías cada vez más eficientes.

 

Nueve mil millones de pesos se pagan a cuatro consorcios para proveer transporte y alimentación a los estudiantes, vigilancia y aseo a las sedes. Tales negocios normalmente pasan de sanos, aunque el fondo del por qué se insiste en convertir todo en contratos, y la manera en que se ganan y sostienen   licitaciones y licitadores, no permitiría ninguna calificación en la decencia y el sentido común.

 

¿Cómo aceptar este horror de realidad sin incurrir en connivencia? Sencillamente no es posible. La realidad es diseñada para eso, para que no haya forma de soslayarla, ni de permanecer limpio..

 

La capacidad para blindarse y perpetuarse que otorgan los grandes contratos es parte del dispositivo mediante el cual el estado permanece capturado por los oligopolios, mientras la sociedad es capturada por los cebos, meced a los cuales se justifica en nombre de la inversión social y los derechos de la masa, el traslado de decenas de miles de millones a contratistas, cuyo único trabajo real es administrar eficientemente la división de trabajo y los fricciones entre la miserable masa de trabajadores que, a pesar de no ser calificada (le ¨falta¨ SENA) es la que opera los buses, las escobas ¡y químicos!, las cocinas y las garitas. Del estímulo a jóvenes llamado “monitorías”, ni hablar. Además de sufrir la tiranía de supervisores, que no se mueven de Bogotá urbana, deben someterse a tantos papeles como vueltas, que terminan por enmiseriar mucho más la bonificación, tras la cual ocultan la burla al salario mínimo legal.

 

Como lo ven, la sociedad lo hace todo; sin embargo son los consorcios y el Distrito quienes se entienden con las cifras. Pero no es solo esta perversión, ya que por esta forma de disponer los mal llamados servicios complementarios a la docencia, se logra someter a la institución escolar a la rigidez contractual, que tampoco consulta el proyecto educativo ni es discutida con la Comunidad; pulverizándose así la magra autonomía que de fuerza el legislador le deja a la institución para funcionar con lo que le dispone la burocracia.

 

 

 

Se llega y se regresa según las rutas. Entre más largas las rutas, mejor, más vale el servicio. No importa que los chicos ya pasen más tiempo entre buses y refectorios, siempre que los podamos mostrar cebados, uniformados y cretinamente felices. Mejor si a los chicos, ¡solo los chicos! , se les cambió su menaje tradicional por el aséptico acero y la proporcionadora bandeja de pasta; si se les normalizó en la ingesta de productos industrializados. El celofán ya comparte manteles al lado de la comida caliente.

 

Para el Distrito la Comunidad Educativa sólo existe como letra muerta en el papel de la ley, pues cuando esta se visibiliza como el hecho real que debe ser en una democracia, para ella no hay transporte, alimentación, así de ello dependa la calidad y pertinencia del servicio escolar. Miles de raciones y cientos de rutas le quedan los empresarios a deber al fisco, con la complicidad de interventores e ías, pues los contratos se pagan al cien, cuando los días y la población atendida real a lo largo del año casi nunca supera el 90%. Sin embargo, el delito está en que un padre de familia o una aseadora o un vigilante o un docente, pueda recibir un algo de lo que sus hijos y alumnos no consumen en los días de asueto. ¡Claro, así el negocio renta más!

 

Ahora bien, además de imponer contratistas y hábitos alimentarios exóticos, tecnocráticos, se arrasa con la posibilidad y la necesidad comunitaria de producir sus propios alimentos y su propio empresarismo, a objeto de abastecerse con lo propio y de darle sustentabilidad a sus emprendimientos a partir del mercado natural, su propio consumo.

 

Como tan brutal realidad es una realidad de apuño, la sociedad debe someterse y dar las gracias por el “engañito” con que amorosamente lo obsequia día a día el establecimiento o… emprender la dura tarea de recobrar callos y carácter para enderezar con su propia y real fuerza la torcida democracia de las corruptelas que, en nombre del servicio público, volatizan todo presupuesto, aniquilando la majestad de la Educación.

 

 

CONTRA LA MALA ADMINISTRACIÓN DE LA EDUCACIÓN

 

POR EL COLEGIO MAYOR

 

Comuneros de Sumapaz ¡¡¡A marchar !!!